"Big data" en el sector sanitario

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Con un enorme número de contagios y de muertes, el coronavirus representa un enorme desafío para la salud pública. La pandemia ha dado lugar a numerosas restricciones, entre las cuales destaca la imposibilidad de viajar. Una de las consecuencias de esto es un enorme aumento en la dificultad para la recolección de datos para cualquier área de trabajo.

Algunos métodos para recoger datos (especialmente los tradicionales) requieren salir a la calle, lo cual es arriesgado en la época que estamos viviendo. Es en este contexto en el que entra en juego el "big data", que, aplicando unas medidas de privacidad y marcadores éticos apropiados, es más útil que nunca. Por poner un ejemplo, la tecnología GPS obtiene datos sobre la posición de la gente a través de sus teléfonos, lo que tiene un valor y un potencial inmenso para investigar los lugares más concurridos y frenar el avance del virus. El 3ie (International Initiaive for Impact Evaluation) desarrolló con el apoyo del CEDIL (Centre for Excellence and Development Impact and Learning), un mapeo sistemático que muestra una recolección de 437 estudios que utilizan el big data para medir y evaluar el resultado que viene del desarrollo. Enlace al mapeo

Así, con el aumento continuo de casos de coronavirus, el big data tiene la capacidad de ayudar a detectar y evitar brotes de contagio. Al reunir datos de diversas fuentes, se pueden utilizar algoritmos para analizar historiales sanitarios y los contactos de esos pacientes para identificar patrones de contagio, marcar zonas donde haya más riesgo de contagio, o detectar incidentes. Podemos destacar el uso de una técnica de inteligencia artificial y lingüística llamada PLN (Procesamiento del Lenguaje Natural), que analiza interacciones mediante el uso del lenguaje natural entre los seres humanos y las máquinas. Puede ser usada para revisar enlaces, redes sociales y noticias, y alarmar cuando se desarrolle algo sobre el virus en el mundo. También podría tener uso de cara al futuro, detectando incidentes y ayudar a enfrentar de manera correcta el problema.  En muchos países también se fomenta el uso de esta tecnología, especialmente a través de apps móviles, como el Radar COVID en España u otras versiones para regiones específicas como en Galicia, Cataluña... Estas apps monitorizan los movimientos de las personas para que sepan si están en lugares de riesgo o si han entrado en contacto con alguna persona de riesgo. 

El big data ha tenido muchos avances en los últimos tiempos, pero a pesar de ello, esta tecnología es relativamente nueva, por lo que siempre existe la posibilidad de que haya problemas de implementación. Además, su implementación ha supuesto preocupaciones éticas y problemas legales. En el mismo ejemplo de las apps móviles, éstas tienen acceso a una considerable cantidad de información personal, que podría verse filtrada, entre otros problemas. Por ello, es importante implementar y considerar las políticas de privacidad y uso de datos al usar el big data.

A pesar de los problemas que pueda suponer la privacidad e implementación del big data, tiene un gran potencial de uso, especialmente en el sector sanitario. Sin embargo, para que se desarrolle completamente, se necesitan inversiones financieras: necesitan la tecnología necesaria para su implementación, la infraestructura para trabajar con grandes cantidades de datos, personal con formación en análisis de datos en el sistema sanitario, apps con una política de privacidad robusta...

En definitiva, viendo la situación actual, el uso del big data podría volverse mucho más importante de cara al futuro, para prevenir posibles situaciones como esta y proporcionar una gran ayuda al sistema sanitario